William Blake artista esotérico
- Andrea Nadir Orazi
- 1 feb 2019
- Tempo di lettura: 2 min
Aggiornamento: 4 giu 2020
"William Blake (1757-1827), desde la primera infancia, parece haber percibido extrañas apariciones, y a la edad de cuatro años tuvo su primera visión: Dios mismo apareciendo en la ventana." Cumplidos los ocho años, las visiones se convirtieron en recurrentes: le dijo a su madre que había visto al profeta Ezequiel debajo de un árbol. Anticipando de alguna manera el famoso caso clínico freudiano del hombre de los lobos, en el mismo año, afirmaba haber visto ángeles en los árboles. Este artista visionario es conocido por la mayoría como poeta pre-romántico, pero menos conocido por sus grabados y sus obras artísticas de fuerte evocación esotérica. Las obras de Blake recuerdan el estudio de la alquimia y la Cábala, y también se entrevén en sus poemas secretos iniciáticos para quienes los puedan captar.
He hecho de este artista uno de mis maestros y durante años he estado estudiando sus obras, que evocan en mí arquetipos y conexiones interesantes con el mundo espiritual.
En 1795 hizo su primera serie Elías en el carro de fuego, Newton, La casa de la muerte, Elohim creando a Adán; podemos entender que en este siglo de las luces, Blake se enfrentó con la sociedad de su tiempo que solo quería centrarse en la razón, tratando de expresar a través de sus artes, el mundo de lo invisible, que podía ver gracias a sus dones innatos y a su arte mediúnico. También podemos ver en Blake un precursor del arte simbolista, que ha recorrido el mismo camino en la segunda mitad del siglo XIX.
Conclusiones personales:
Puedo decir que gracias a las obras de William Blake, pude dibujar en portales dimensionales, lo que me permitió inspirar mi arte, y me siento honrado de continuar parte de su trabajo y de otros artistas como él que intentaron despertar el poder espiritual de las personas a través de sus artes.
Esto para mí es el objetivo final del arte, despertar las conciencias, permitir una recuperación de esos talentos ocultos latentes en el espíritu del ser humano; lo que denomino " el verdadero arte sacro".
Andrea Nadir Orazi
Traducción de Xoán C. Laxe

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